El correo
La primera “oficina” de correos fue atendida por Juan y Andrés Culasso, en el comercio que tenía esta firma en la esquina de Rivadavia y Sarmiento, dedicándose sólo a los servicios básicos.
Años después, con la incorporación de mayores funciones, ya tuvo nombramiento oficial de empleados y pasó a un edificio alquilado en calle Alem.
En la década de 1950, vecinos locales formaron una agrupación para la adquisición de un solar destinado a la construcción de un local propio, comprando uno en la esquina de Mitre y Alem.
Debido a razones políticas y económicas, se demoró la concreción de este loable proyecto y recién en 1985 pudo ser inaugurado el edificio para las oficinas del correo, donde sigue funcionando en la actualidad.
Por disposiciones administrativas, en varios pueblos de la zona las sucursales descendieron de categoría, pasando a ser agencias. La de Jovita, por el importante movimiento que tiene la Empresa, mantuvo su jerarquía, y es puesta como modelo en la región.
Años después, con la incorporación de mayores funciones, ya tuvo nombramiento oficial de empleados y pasó a un edificio alquilado en calle Alem.
En la década de 1950, vecinos locales formaron una agrupación para la adquisición de un solar destinado a la construcción de un local propio, comprando uno en la esquina de Mitre y Alem.
Debido a razones políticas y económicas, se demoró la concreción de este loable proyecto y recién en 1985 pudo ser inaugurado el edificio para las oficinas del correo, donde sigue funcionando en la actualidad.
Por disposiciones administrativas, en varios pueblos de la zona las sucursales descendieron de categoría, pasando a ser agencias. La de Jovita, por el importante movimiento que tiene la Empresa, mantuvo su jerarquía, y es puesta como modelo en la región.
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