El fantasma del chalet de Culasso
Con este nombre se recuerda un hecho que tuvo en vilo a la población, más o menos hasta promediar el siglo XX., y algunos recién ahora conocerán la verdad.
Jovita era una pequeña localidad que se extendía poco más allá de la plaza San Martín, la iluminación de las calles muy escasa y abarcaba solo las más céntricas. La imaginería popular era muy supersticiosa, y ante un hecho casual, prefería sospechar algo misterioso, y no se le buscaba una explicación lógica.
Fuera del radio urbano, estaba la vivienda de Juan Culasso, de estilo inglés, tipo “chalet”. Había sido construida en los años fundacionales, ubicada en el centro de la manzana. Era el único edificio en los alrededores, rodeado totalmente de árboles: eucaliptos y frutales en su mayoría. Dentro del predio había un burro blanco, que utilizaban para hacer girar el “malacate” con que extraían el agua, y normalmente no se veía desde las calles vecinas por estar oculto por la tupida arboleda.
Pero… el burro solía alejarse de la vivienda para comer. Si esto ocurría en noches de luna, los pocos que transitaban por los suburbios de la población, se encontraban con una figura blanca, imprecisa por la falta de claridad. Llenos de pavor por lo visto, lo comentaban con vecinos y allegados, que comprobaban con sorpresa que este fenómeno no ocurría siempre, si no solamente las noches iluminadas por la luna (obvio, en las otras la oscuridad era total), lo que aumentaba el misterio...
¡Esta es la real historia del “hecho sobrenatural”, que tantas fantasías despertó! Por años, después del atardecer, nadie se atrevía a pasar por ese lugar. Aunque desaparecida la edificación, siguió comentándose la rara aparición, y cada uno explicaba el fenómeno, según su propia interpretación del caso…
En este año 2007, unos pocos y viejos eucaliptos demarcan todavía este espacio de leyenda.
Jovita era una pequeña localidad que se extendía poco más allá de la plaza San Martín, la iluminación de las calles muy escasa y abarcaba solo las más céntricas. La imaginería popular era muy supersticiosa, y ante un hecho casual, prefería sospechar algo misterioso, y no se le buscaba una explicación lógica.
Fuera del radio urbano, estaba la vivienda de Juan Culasso, de estilo inglés, tipo “chalet”. Había sido construida en los años fundacionales, ubicada en el centro de la manzana. Era el único edificio en los alrededores, rodeado totalmente de árboles: eucaliptos y frutales en su mayoría. Dentro del predio había un burro blanco, que utilizaban para hacer girar el “malacate” con que extraían el agua, y normalmente no se veía desde las calles vecinas por estar oculto por la tupida arboleda.
Pero… el burro solía alejarse de la vivienda para comer. Si esto ocurría en noches de luna, los pocos que transitaban por los suburbios de la población, se encontraban con una figura blanca, imprecisa por la falta de claridad. Llenos de pavor por lo visto, lo comentaban con vecinos y allegados, que comprobaban con sorpresa que este fenómeno no ocurría siempre, si no solamente las noches iluminadas por la luna (obvio, en las otras la oscuridad era total), lo que aumentaba el misterio...
¡Esta es la real historia del “hecho sobrenatural”, que tantas fantasías despertó! Por años, después del atardecer, nadie se atrevía a pasar por ese lugar. Aunque desaparecida la edificación, siguió comentándose la rara aparición, y cada uno explicaba el fenómeno, según su propia interpretación del caso…
En este año 2007, unos pocos y viejos eucaliptos demarcan todavía este espacio de leyenda.
Etiquetas: Curiosidades, Historia